El castillo de Pesquera, también llamado Torre o Fortín de Pesquera, es un complejo defensivo situado sobre un roquedo que despunta en la orilla derecha del río Pesquera, afluente del río Genil. Hasta él se llega a través de la carretera que une la aldea de Fuentes de Cesna con el municipio de Zagra. Al igual que la torre de Turrush, el castillo de Pesquera está, por tanto, situado en un valle. Son las únicas fortalezas de la provincia que no están enclavadas sobre promontorios elevados e inaccesibles. Este castillo, que formaba parte de un rosario de torreones, defendía el valle del río Pesquera y a la población campesina que vivía del cultivo de las feraces vegas del entorno. Su importancia estratégica aumenta bajo el reinado nazarita, en el que las tierras de Algarinejo se convierten en frontera con el reino cristiano.
La segunda fase constructiva de este fortín es de época nazarita, posiblemente una pequeña alquería fortificada que organiza un espacio productivo mediante una acequia, tierras de cultivo, y molino de cereales (el Molino de Pesquera o Pies de Trapo). El antiguo fortín califal se refuerza así, en los inicios del siglo XIV, con una torre o atalaya cilíndrica de mampostería enripiada con verdugones, y la construcción de una segunda línea amurallada. Permanece así hasta el siglo XV en el que la fortaleza, después de soportar continuas razzias y ataques periódicos, es ocupada por los conquistadores castellanos. Años más tarde, tras la constitución del marquesado de Algarinejo, el castillo de Pesquera pierde su funcionalidad y es abandonado hasta la actualidad.
En cuanto a sus características actuales, cuenta con una gran torre semicircular, en la parte elevada, hecha de mampostería enripiada. Cada cajón mide 40 cm. de una verdugada de ripio a otra. Conserva unas vitolas en el enfoscado hasta la mitad inferior. Hay, además, piedras incrustadas. Se ven mejor las vitolas en la cara sur. En ella apoya otra torre rectangular, también de mampostería con verdugadas de ripio. En la mampostería hay restos de teja y ladrillo. Tiene sillares en las esquinas. Esta torre, que muestra en su interior una estancia abovedada, engancha con la muralla hasta llegar al ángulo suroeste, en donde hay otra torre que, más bien, parece un paño de muralla.
El Castillo de Pesquera, declarado Bien de Interés Cultural, aparece en el famoso poema del Artesón como un lugar encantado: “Hay una princesa hermosa y aquel que la desencante, primero será su amante y, después, será su esposa.Han probado varias veces y nadie lo ha conseguido, porque ninguno ha reunido condiciones necesarias. Tiene que ser mozo cándido, que en amores esté tímido que nunca se ponga lívido, y su semblante sea pálido”.